Los hombres de Romero mandaron en el primer período, pero tuvieron que defenderse de la reacción murciana
Luis M. Rodríguez- la voz de galicia.es 22/6/2009
El pequeño estadio Antonio Martínez «El Morao» será el próximo fin de semana el escenario de la cita del Ourense con la Segunda División B, después de que la ida de ayer en O Couto dejara la interrogante en la casilla de su eliminatoria contra el Caravaca, al que sí logró superar por 1-0. La escuadra de Francisco Romero logró por un lado edificar esa mínima ventaja y, por otro, evitar que su rival -con 123 goles en su zurrón liguero- se marchara de vacío de O Couto, otro beneficio valioso en las eliminatorias a doble partido.
Y es que el choque en el coliseo rojillo tuvo muchas caras a lo largo de noventa y seis minutos de juego. Los de casa se contagiaron pronto del espectacular ambiente y aprovecharon ese empuje para encerrar a su oponente a base del toqueteo incesante en el medio campo, bien dirigido por Antonio Fernández y Moisés Pereiro. El técnico visitante se desgañitaba desde la banda, pidiendo mayor presión sobre los directores de la orquesta ourensanista, cuyo fútbol comenzó a rondar el gol, con avisos del propio Antonio y una magnífica oportunidad que no enganchó bien Martín, tras el rechace del meta forastero, todas ellas antes de que se cumplieran los primeros diez minutos, con la única réplica de un Gervasio que intentó sorprender a Berto con escasa fortuna en un lance de balón parado y en otro disparo demasiado blando.
José Arenas firmó después otras dos muestras de su potente disparo, pero la primera volea se le marchó alta y Álex detuvo el segundo tiro. Se mascaba el primero de la tarde y llegó poco después de la media hora, cuando Moisés abrió a Sanginés en la banda y su centro medido lo cabeceó Martín al fondo de las mallas, ganándole la partida a los centrales y al cancerbero visitantes.
Se abría la brecha en la zaga murciana y el Ourense se envalentonaba, espoleado por los ánimos de su afición. Así en una jugada de Rafa por la izquierda, su centro rematado por Martín se encontró con la parada del meta Álex, cuyo rechace preparó José Arenas para otro zambombazo que se estrelló en el poste.
El control del primer acto fue dictó el monólogo del Ourense, que sólo vio como se acercaba a su puerta el rival en un cabezazo de Olivares.
Pero el calor fue sofocante toda la tarde y el descanso también le sirvió a Pepe Soler para aclarar las ideas de sus dicípulos. Por fin el Caravaca pudo atar en corto a Moisés y a Antonio, a veces con excesiva dureza, para gozar de mayor posesión del esférico, ya que los anfitriones no lograban atesorarla.
Aunque el primer remate a puerta fue de Martín, Petu también dio una rápida réplica y Emilio, uno de los más activos en el bando contrario, hizo lucirse a Berto con un chut desde la frontal del área.
En la contra también parecía moverse bien el Ourense y Sanginés optó por buscar un pase en una incursión en la que se plantó sólo ante Álex, que sí tuvo que emplearse a fondo en otro misil de Antonio Fernández.
La manija del encuentro, en todo caso, ya la habían perdido los de Romero, que veían como los murcianos incluían desde el banquillo a su artillero Noel, que protagonizó una de las ocasiones más claras de su equipo, repelida por un Berto brillante. El de Ribadavia había sacado poco antes otro espectacular cabezazo de Olivares, pero el marcador no se movió y en tierras murcianas continuará la pugna.
Luis M. Rodríguez- la voz de galicia.es 22/6/2009
El pequeño estadio Antonio Martínez «El Morao» será el próximo fin de semana el escenario de la cita del Ourense con la Segunda División B, después de que la ida de ayer en O Couto dejara la interrogante en la casilla de su eliminatoria contra el Caravaca, al que sí logró superar por 1-0. La escuadra de Francisco Romero logró por un lado edificar esa mínima ventaja y, por otro, evitar que su rival -con 123 goles en su zurrón liguero- se marchara de vacío de O Couto, otro beneficio valioso en las eliminatorias a doble partido.
Y es que el choque en el coliseo rojillo tuvo muchas caras a lo largo de noventa y seis minutos de juego. Los de casa se contagiaron pronto del espectacular ambiente y aprovecharon ese empuje para encerrar a su oponente a base del toqueteo incesante en el medio campo, bien dirigido por Antonio Fernández y Moisés Pereiro. El técnico visitante se desgañitaba desde la banda, pidiendo mayor presión sobre los directores de la orquesta ourensanista, cuyo fútbol comenzó a rondar el gol, con avisos del propio Antonio y una magnífica oportunidad que no enganchó bien Martín, tras el rechace del meta forastero, todas ellas antes de que se cumplieran los primeros diez minutos, con la única réplica de un Gervasio que intentó sorprender a Berto con escasa fortuna en un lance de balón parado y en otro disparo demasiado blando.
José Arenas firmó después otras dos muestras de su potente disparo, pero la primera volea se le marchó alta y Álex detuvo el segundo tiro. Se mascaba el primero de la tarde y llegó poco después de la media hora, cuando Moisés abrió a Sanginés en la banda y su centro medido lo cabeceó Martín al fondo de las mallas, ganándole la partida a los centrales y al cancerbero visitantes.
Se abría la brecha en la zaga murciana y el Ourense se envalentonaba, espoleado por los ánimos de su afición. Así en una jugada de Rafa por la izquierda, su centro rematado por Martín se encontró con la parada del meta Álex, cuyo rechace preparó José Arenas para otro zambombazo que se estrelló en el poste.
El control del primer acto fue dictó el monólogo del Ourense, que sólo vio como se acercaba a su puerta el rival en un cabezazo de Olivares.
Pero el calor fue sofocante toda la tarde y el descanso también le sirvió a Pepe Soler para aclarar las ideas de sus dicípulos. Por fin el Caravaca pudo atar en corto a Moisés y a Antonio, a veces con excesiva dureza, para gozar de mayor posesión del esférico, ya que los anfitriones no lograban atesorarla.
Aunque el primer remate a puerta fue de Martín, Petu también dio una rápida réplica y Emilio, uno de los más activos en el bando contrario, hizo lucirse a Berto con un chut desde la frontal del área.
En la contra también parecía moverse bien el Ourense y Sanginés optó por buscar un pase en una incursión en la que se plantó sólo ante Álex, que sí tuvo que emplearse a fondo en otro misil de Antonio Fernández.
La manija del encuentro, en todo caso, ya la habían perdido los de Romero, que veían como los murcianos incluían desde el banquillo a su artillero Noel, que protagonizó una de las ocasiones más claras de su equipo, repelida por un Berto brillante. El de Ribadavia había sacado poco antes otro espectacular cabezazo de Olivares, pero el marcador no se movió y en tierras murcianas continuará la pugna.
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